11.2.10

Veo el rostro de un ahogado sobre una superficie marina tranquila, llegan en bote hasta él, lo levantan. El cuerpo es totalmente incoherente con la cabeza, diminuto y flaco. incluso la piel es de otro color. Aletea entre espasmos, abre y cierra la boca con la mirada vacía hacia lo alto. Es tan incoherente, como si el cuerpo fuera de un ave despojada de sus plumas y la cabeza de un pez atrapado en el envoltorio frágil de una efigie humana.