3.5.08



Un médico calvo, de proporciones grotescas y aire vulgar, dice que, según las pruebas, mis riñones han dejado de funcionar. Ante las cortinas vaporosas del consultorio, en una suerte de claroscuro, el médico fuma, expele un humo denso y lento. Mira hacia arriba. Y, sorpresivamente, agrega sin voltear a verme: "El cuerpo humano es el caleidoscopio del vacío".

El sueño de anoche.