13.4.08

Pienso en si C. imagina diez años después lo que mueve por aquí con su contorno vacío; ella, tan obsesionada con la historia de México (más bien con una colección inacabable y bien documentada de venganzas históricas nacionales). Una obsesión apasionada que gustaba de compartir, a modo de iniciación, de rito de paso.

¿De quién somos fantasmas?

No es inconcebible un verano donde se es un contorno más que un cuerpo, como esas presencias aleteantes que se atisban con el rabillo del ojo: Se gira y se observa a un transeúnte, pero puede ser sólo la inercia de la normalidad, un insecto camuflado o un demonio enmascarado en látex en plena misión secreta, un asesino de dioses.