8.11.07



El ruido en el transporte público puede, en sí mismo, crear un muro invisible entre nosotros. Un muro de agudas diferencias. No existe un viaje extensivo carente de ruido irritante. Pasajeros y vendedores en una suerte de encierro y asfixia. Por ello, invertí en unos audífonos especiales que emiten un sonido de baja frecuencia, anulan cualquier ruido exterior. Podrías creer que esto me ha separado de los demás, no es así. Atisbo historias personales que van de la satisfacción al estrés crónico, incluso en los niños. En los amantes, el abrazo estrecho luce como un gesto protector ante el hostil entorno. En la noche profunda el retorno al hogar es doloroso. No importa el origen social. La fatiga nos une, más que cualquier ideología, nacionalidad o credo. Al traspasar el muro de sonido se contempla un recinto humano de convergencias. Todos los mitos y todas las tragedias concebidas están aquí, en latente manifestación, conozcas o no la tuya. ¿Por qué viajo en tren subterráneo? Para no perderme en medio de impresiones falaces, anclarme en la última trinchera de lo real.